18/8/09

Raúl Castro: “Fuí elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo”

Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el Tercer Período Ordinario de Sesiones de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones, el 1º de agosto de 2009, “Año del 50 aniversario del triunfo de la Revolución”.

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FUI ELEGIDO PARA DEFENDER, MANTENER Y CONTINUAR PERFECCIONANDO EL SOCIALISMO, NO PARA DESTRUIRLO
A pesar de las dificultades económicas y financieras, hemos honrado nuestro compromiso moral en materia de cooperación y solidaridad internacional.
Las dos naciones centroamericanas que restaban por mantener relaciones diplomáticas con nosotros las establecieron en estos últimos meses.
Cabría preguntarse qué país está aislado en esta región, no parece ser Cuba.
Hemos observado con atención la actitud del nuevo Gobierno de Estados Unidos hacia nuestra nación. Si nos atenemos estrictamente a los hechos, lo esencial es que el bloqueo económico, comercial y financiero permanece intacto y en completa aplicación, como demuestra la persecución de nuestras transacciones con terceros países y la creciente imposición de multas a compañías norteamericanas y subsidiarias extranjeras. Asimismo persiste la injustificada inclusión de Cuba en la lista de Estados promotores del terrorismo internacional que anualmente emite el Departamento de Estado.
Las positivas, aunque mínimas medidas anunciadas el pasado 13 de abril, en vísperas de la Cumbre de las Américas ante el clamor antibloqueo de todo el continente, que derogarían las restricciones a los viajes de los cubanos residentes en ese país y a las remesas a sus familiares y que permitirían también algunas operaciones en materia de telecomunicaciones, hasta este momento no se han implementado. Es importante que esto se conozca, porque existe bastante confusión y manipulación en la prensa internacional al respecto.
Cierto es que ha disminuido la agresividad y la retórica anticubana por parte de la administración norteamericana y, tras seis años de suspensión por decisión de Bush, se reanudaron el pasado 14 de julio las conversaciones entre ambos gobiernos sobre el tema migratorio, las cuales se desarrollaron de forma seria y constructiva. Cuba reiteró que continuará cumpliendo escrupulosamente, como hasta ahora, los acuerdos migratorios y denunció el estímulo que para las salidas ilegales y el contrabando de personas suponen la Ley de Ajuste Cubano y la política de pies secos-pies mojados que aplica el gobierno de Estados Unidos.
Semanas atrás, la Secretaria de Estado Hillary Clinton declaró que: ”…nos estamos abriendo al diálogo con Cuba, pero estamos muy claros en que queremos ver cambios fundamentales en el régimen cubano”, concluyó.
Me veo en la obligación, con todo respeto, de responderle a la señora Clinton y de paso también a los que en la Unión Europea nos reclaman gestos unilaterales en la dirección de desmontar nuestro régimen político y social.
A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo (Aplausos prolongados).
Es algo que debe quedar muy claro porque representa la firme voluntad del pueblo cubano al aprobar en febrero de 1976 en referéndum, con el voto directo y secreto del 97,7% de los electores, la Constitución de la República, la cual en su primer artículo expresa: “Cuba es un Estado Socialista de trabajadores, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como república unitaria y democrática, para el disfrute de la libertad política, la justicia social, el bienestar individual y colectivo y la solidaridad humana”.
Y más reciente en el año 2002, concretamente entre los días 15 y 18 de junio, 8 198 237 ciudadanos, la casi totalidad de la población en edad electoral, firmaron la solicitud a esta Asamblea de promover la reforma constitucional que ratificó en todas sus partes la Constitución de la República y declaró irrevocable el carácter socialista y el sistema político y social contenido en nuestra ley fundamental, lo que fue aprobado de modo unánime por los diputados de la Asamblea Nacional en sesión extraordinaria celebrada los días 24, 25 y 26 de junio de ese propio año.
Aprovecho la ocasión para reiterar la disposición de Cuba para sostener con Estados Unidos un diálogo respetuoso, entre iguales, sin sombra para nuestra independencia, soberanía y autodeterminación. Estamos listos para hablar de todo, repito, de todo, pero de aquí, de Cuba, y de allá, de Estados Unidos, no a negociar nuestro sistema político y social. No le pedimos a Estados Unidos que lo haga. Debemos respetar mutuamente nuestras diferencias.
No le reconocemos al gobierno de ese país, a ningún otro ni a conjunto de Estados alguno, jurisdicción sobre nuestros asuntos soberanos.
En Cuba desde el triunfo de la Revolución no ha habido una ejecución extrajudicial, ni desaparecidos, ni torturados, rectifico, en Cuba sí ha existido tortura, pero en la Base Naval de Guantánamo, impuesta a nuestra Patria hace más de cien años, por la infame Enmienda Platt aprobada en el Congreso de Estados Unidos como condición para el cese de la ocupación militar yanki. Ahí sí hubo tortura, y eso forma parte del territorio cubano, aunque no la hicimos nosotros. Por eso le decimos, con todo respeto, a la señora Hillary Clinton, Secretaria de Estado de ese país, que si quiere discutir de todo, vamos a discutir de todo, de aquí, pero de allá también.
Se ha anunciado el cierre de la prisión norteamericana de Guantánamo, es una justa demanda de la opinión pública mundial, pero el asunto no debe terminar ahí. No renunciamos ni renunciaremos jamás a la devolución incondicional de este pedazo del territorio nacional.
Como mismo hemos reiterado la disposición de solucionar el diferendo con Estados Unidos, aclaro que encaramos el asunto con absoluta serenidad y sin apresuramiento alguno. Llevamos 50 años caminando en el filo de una navaja, en eso estamos muy bien entrenados, y somos capaces de resistir otros 50 años de agresiones y bloqueo (Aplausos).
LAS GENERACIONES QUE NOS SUCEDERÁN NUNCA SE DESARMARÁN IDEOLÓGICAMENTE
Hay quien dice que en los círculos de poder norteamericanos se esperará a la desaparición de la generación histórica de la Revolución, una apuesta tenebrosa en torno al llamado “factor biológico” o lo que es lo mismo, la muerte de Fidel y de todos nosotros.
Quienes así piensan están condenados al fracaso porque las generaciones de patriotas revolucionarios que nos sucederán, en primer lugar nuestra magnífica juventud, nunca se desarmarán ideológicamente y junto a ellas y al Partido, en la primera línea estarán para siempre los Mambises del Siglo XXI: nuestras gloriosas Fuerzas Armadas Revolucionarias, que sí fueron capaces esta vez de entrar victoriosos en Santiago de Cuba el primero de enero de 1959, con su Comandante en Jefe al frente (Aplausos).
No mencioné al Ministerio del Interior porque no estaba todavía creado cuando entramos en Santiago de Cuba; además, lo consideramos dentro de la misma familia y con los mismos objetivos.
Ejemplo elocuente de esa actitud lo constituyen nuestros Cinco Héroes, prisioneros desde hace 11 años en cárceles norteamericanas por combatir los planes terroristas contra Cuba. Se extiende cada vez más el movimiento mundial por su liberación y esta Asamblea acordó hoy un llamamiento a los parlamentos y pueblos del mundo denunciando esta injusticia. Desde aquí enviamos a Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René un fuerte abrazo y les manifestamos nuestra admiración por su inquebrantable firmeza, que es ya un símbolo de la Revolución Cubana (Aplausos).
TIENE QUE SER EL PUEBLO, CON SU PARTIDO A LA VANGUARDIA, EL QUE DECIDA
Me queda otro asunto sustancial que abordar y que fue publicado ayer en nuestra prensa. El VII Pleno del Comité Central acordó posponer la celebración del VI Congreso del Partido, el cual estaba programado para finales del presente año.
La tarea que tenemos por delante los comunistas cubanos y todo nuestro pueblo es grande, se trata de definir con la más amplia participación popular la sociedad socialista que aspiramos y podemos construir en las condiciones actuales y futuras de Cuba, el modelo económico que regirá la vida de la nación en beneficio de nuestros compatriotas y asegurar la irreversibilidad del régimen sociopolítico del país, única garantía para su verdadera independencia.
Se puede comprender la magnitud de los estudios en marcha, que abarcan las principales facetas del quehacer nacional en medio de las urgencias y tensiones asociadas a la situación económica.
Ello incluye, entre otros asuntos, el complejo proceso de la unificación monetaria para suprimir la doble moneda -que fue necesario establecer en un momento determinado-, la eliminación de gratuidades, con excepción de las establecidas en la Constitución, y de subsidios indebidos, el sistema de retribución salarial en correspondencia con el principio socialista: “De cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”.
No tendría sentido ni contenido un congreso formal que no profundizara en estos asuntos estratégicos y no dictara pautas hacia el futuro. Se trata, compañeros, en otras palabras, de ponerle el cascabel al gato, identificando como tal los problemas principales y esto necesariamente nos tomará algún tiempo más.
Como fue aprobado en el VII Pleno del Comité Central y se explicó en la nota publicada ayer, primero se impone concluir la preparación de todo el Partido, después analizar con la población en su conjunto y sólo realizar el Congreso cuando ese gran proceso haya terminado. Ese es el verdadero Congreso, en el que se discuta con los comunistas y todo el pueblo todos los problemas.
Si queremos dar un Congreso de verdad, en situaciones como la actual, buscándoles solución a los problemas y mirando hacia el futuro, debe ser así. Tiene que ser el pueblo, con su Partido en la vanguardia, el que decida.
En 50 años de Revolución, en materia de consulta con el pueblo, tenemos suficiente experiencia. La más reciente, a nivel nacional, fue el proceso de análisis del discurso del 26 de julio de 2007 en Camagüey. Se dedicaron los meses de septiembre y octubre a discutirlo en la base sin limitarse a los asuntos contenidos en ese discurso, y se estimuló a la población a manifestarse sobre cualquier tema de su interés, datos que han resultado muy útiles para el trabajo posterior de la dirección del país; en noviembre de ese año se trabajó en la recopilación de la información y la elaboración del resumen y en diciembre del propio año analizamos en el Partido el informe final. Asistieron a las reuniones de estudio más de 5 100 000 personas, que efectuaron 3 255 000 intervenciones, con 1 301 203 planteamientos concretos, de los cuales el 48,8% fueron críticos. Los resultados de esa actividad no se echaron en saco sin fondo.
Los más recurrentes se refirieron a la producción de alimentos, la decisión irrenunciable de construir el socialismo, la sustitución de importaciones, la elevación de la producción, la situación económica y social, el concepto de que no se puede gastar más de lo que se ingresa, las manifestaciones de corrupción y los hechos delictivos, la preparación para la defensa y el papel de los cuadros políticos y administrativos. Como podrán apreciar, son temas muy vinculados al contenido del Congreso y al futuro del país. Debo aclarar ahora, que ese proceso fue concebido entonces como un ensayo, pensando en este máximo evento partidista.
El aplazamiento del mismo no significa en lo más mínimo una paralización en su preparación, todo lo contrario, esta decisión conlleva la necesidad de dar pasos inaplazables, como es la renovación de los organismos superiores de dirección del Partido.
El actual Comité Central está integrado por magníficos compañeros, pero muchos de ellos no ocupan hoy las responsabilidades que ostentaban al momento de su elección hace doce años, por un período que debió ser de cinco y se ha prolongado a causa del retraso acumulado en la celebración del Congreso.
El Artículo 46 de los Estatutos del Partido establece: “En el período que media entre uno y otro congreso, el Comité Central puede convocar la Conferencia Nacional para tratar asuntos importantes de la política del Partido. La Conferencia Nacional estará facultada para incorporar nuevos miembros al organismo y separar o liberar de éste a quienes considere conveniente. El número de participantes, la forma de elección de estos y las normas para la preparación y desarrollo de la Conferencia Nacional, las establece el Buró Político”.
En correspondencia con este artículo, el VII Pleno acordó convocar una Conferencia Nacional, fundamentalmente para elegir los nuevos organismos de dirección, es decir, el Comité Central, el Buró Político y el Secretariado, que son los responsables de continuar y culminar la preparación del Congreso. Es un evento que con anterioridad no habíamos realizado y que podemos organizar en un plazo relativamente breve y así lo haremos.
Desde el mismo primero de enero de 1959, ha sido línea invariable analizar con el pueblo cada problema importante, por duro que sea. Si hemos sobrevivido durante medio siglo a todas las dificultades y agresiones, ha sido porque la Revolución es obra de la inmensa mayoría de los cubanos.
Firmemente unidos, seremos consecuentes con el legado de la larga historia de lucha de nuestro pueblo, las enseñanzas de Fidel y el compromiso eterno con los caídos.
Muchas gracias.
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Tomado de CUBADEBATE
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Nota:
este es solo un extracto de tan importante discurso, su texto completo lo encuentran en :

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