3/9/08

Cuba: Un historiador malintencionado

No puede precisarse si es incapacidad, deshonestidad, o ambas cosas a la vez, lo que exhibe el autor de un artículo que a mediados de agosto de 2008 publicó el diario The Christian Science Monitor con la firma de Luís Martínez-Fernández, a quien se identifica como profesor de la estadounidense Universidad de Florida Central que tiene en preparación un libro sobre la historia de la revolución cubana.
En el artículo, titulado "Audaz cambio de Cuba para la era post-socialista", hay distorsiones, confusiones y malas interpretaciones de cada uno de los períodos por los que ha pasado la revolución cubana tras derrocar la cruenta tiranía de Fulgencio Batista y con ello poner fin a casi seis décadas de dominio estadounidense en la isla.
El trabajo periodístico se incorpora a la línea de propaganda que trazara Washington -dentro de su tenaz campaña difamatoria contra Cuba- a partir del momento en que, por prescripción médica, el líder de la revolución, Fidel Castro, tuvo que transferir provisionalmente la presidencia del gobierno al Vicepresidente Raúl Castro, quien tras los comicios generales de febrero de 2008 fue electo en propiedad en el más alto cargo del Estado y del gobierno cubanos.Según el artículo, en su discurso en la Asamblea Nacional del Poder Popular hace algunas semanas, Raúl Castro "anunció el más reciente y profundo cambio ideológico en la historia de cinco décadas de la revolución cubana."
Asegura que el presidente cubano redefinió el socialismo y de hecho declaró el fin de aquel sistema al señalar que "el socialismo significa igualdad de derechos y de oportunidades, no de ingresos."Sostiene que, con esta "sorprendente declaración", Cuba abraza una versión postmoderna del socialismo que representa como "una economía controlada por el Estado en la que el gobierno evade sus responsabilidades sociales."
Con esquemático y prejuiciado enfoque, describe las fórmulas socialistas que Cuba ha ensayado como parte de su experimento de construcción socialista, ignorando el escenario de graves amenazas, agresiones militares, bloqueo económico, aislamiento y presiones de todo tipo en que Cuba ha tenido que librar la batalla para preservar la revolución y salvaguardar, gracias a un formidable apoyo popular, sus conquistas sociales más importantes.
Cuando Martínez-Fernández muestra mayor falta de objetividad es al manifestar que los pronunciamientos de Raúl Castro indican un dramático cambio ideológico que, de hecho, anuncia el final del socialismo.
Ávido de argumentos para respaldar tan insostenible conclusión, afirma que la "nueva definición del socialismo de Raúl Castro" en el sentido de que "igualdad no es lo mismo que igualitarismo" y que "el igualitarismo es, en si mismo, una forma de explotación de los buenos trabajadores por aquellos que son menos productivos y vagos" no se corresponde con la fórmula marxista del comunismo: "De cada quien según su capacidad, a cada quien según sus necesidades".
Para el profesor, el anuncio de que se eliminarán algunos servicios gratuitos y subsidios excesivos a los bienes de consumo es indicativo de que Cuba se aproxima a una era post-socialista.Si estos cambios materializan, el Estado retendrá el control de la economía pero abandonará las responsabilidades sociales históricas de un gobierno socialista, especula.
La línea impuesta por Washington, con todos sus formidables recursos mediáticos a nivel planetario, busca -y en alguna medida ha logrado- presentar cuanto proyecta o hace el gobierno cubano bajo la dirección del Presidente Raúl Castro como una corrección de errores y deficiencias inherentes al proyecto socialista cubano o a la mala conducción de quien ha sido y sigue siendo el máximo exponente de las ideas y proyecciones de la revolución cubana.
Algo que lleva a pensar que lo que escribe el autor del artículo objeto de este comentario deriva de una intencionalidad más que de ignorancia es su retorcida confusión de los términos "socialismo" y "comunismo" cuando conviene a su argumentación.
Porque Martínez-Fernández, como historiador, debía saber que el socialismo, según Marx, es una etapa previa al comunismo en la que la formula difiere en un elemento clave: "De cada quien según su capacidad, a cada quien según su trabajo."
También debía saber, como investigador de la historia, que Cuba jamás ha declarado haber llegado al comunismo, sino solo a la etapa de construcción del socialismo.
El hecho de que el profesor confunda y mezcle los dos términos para respaldar la absurda pretensión de que Cuba, bajo el liderazgo de Raúl Castro, ha abandonado el proyecto socialista es algo que perjudica a la universidad que lo emplea como profesor de historia y al periódico que lo publica como periodista.
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Por: Manuel E. Yepe
ARGENPRESS

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