5/11/08

Good bye Bush

Cuando este martes se celebren las elecciones en Estados Unidos, el presidente más guerrerista e inepto en la historia de ese país tendrá que comenzar a recoger sus maletas de la Casa Blanca, tras ocho años de desgobierno y llevar a los norteamericanos y al mundo a una peligrosa crisis económica y financiera.

El saliente jefe del régimen de Washington, George W. Bush, quien deberá abandonar su puesto en enero venidero luego de la elección del nuevo mandatario este 4 de noviembre, legará a su sucesor y coterráneos un enmarañado panorama, quizás el peor vivido por la hasta ahora nación más poderosa del planeta tierra.

Bush dejará a sus compatriotas enredados en dos complejos conflictos para los que no se vislumbran hoy salidas, Irak y Afganistán, y en los que han muerto centenares de miles de personas, incluidos un importante número de soldados norteamericanos, debido a la conducta beligerante del actual inquilino de la Casa Blanca.

A pesar de su insistente postura de mantener a toda costa al ejército estadounidense en Irak y Afganistán, el mandatario estadounidense no ha conseguido imponer sus preceptos, y ni siquiera controlar el caos que reina en ambos estados a causa de las ilegales guerras de rapiña que se les han impuesto.

El fracaso de esas ocupaciones sangrientas, y sus costos multimillonarios con graves consecuencias en la economía norteamericana, han provocado que Bush haya logrado hacerse con los records de mayor impopularidad registrados en su país.

En su haber pesa la responsabilidad de hacer más pobres, endeudar y desocupar a millones de
estadounidenses, hacer del hambre una enfermedad endémica en numerosas naciones pobres de África, América Latina y Asia, además de arrastrar a la también rica Europa a una crisis sin precedentes y con efectos muy dañinos en todo el mundo.

Además, en su expediente de inquilino de la Casa Blanca resalta el haber sido el más grande propulsor del terrorismo de Estado, como política para hacer prevalecer al precio que sea necesario los designios del imperio norteamericano en cualquier rincón de este planeta.

Igualmente consta en su maquiavélico historial el hecho de haber llegado a la jefatura del régimen norteamericano gracias a escandalosos fraudes electorales.

A pesar de que abandonará Washington, como sus predecesores, sin lograr rendir al pueblo cubano, y destruir su Revolución, Bush pasará al sumidero de la historia como el artífice de arreciar el bloqueo que sucesivas administraciones de Estados Unidos aplican a esa isla caribeña desde hace casi medio siglo, pese al rechazo prácticamente unánime de la comunidad internacional.

Si en este mundo imperara la justicia, el saliente presidente norteamericano tendría que ser procesado inmediatamente por un tribunal internacional. Cargos contra él se sobran. Mientras tanto, la historia se encargará de juzgarlo.

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Patricio Montecinos
CUBADEBATE

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