"¡Abajo Machado!" era el clamor popular en Cuba en los primeros días de agosto de 1933, cuando se desencadena en todo el país una huelga general revolucionaria, acción que derrocó la tiranía de Gerardo Machado y Morales.
.
Los efectos de la profunda y prolongada crisis económica mundial de 1929 y la torpe política sustentada en el terror y los crímenes, que gozaba del apoyo y simpatía de la banca yanki y nativa, pusieron al régimen machadista en aprieto. La oligarquía criolla y la embajada norteamericana en La Habana no pudieron impedir entonces la huelga que estremeció a toda la nación y alcanzó insospechadas proporciones. No se trataba de reivindicaciones económicas, la demanda era una sola: ¡que se fuera Machado!
El sanguinario gobernante, trascendió a la posteridad con el bien ganado sobrenombre del "asno con garras", que le puso Rubén Martínez Villena. en los ocho años de "machadato", se recrudeció el crimen político contra sus opositores y la persecución de dirigentes obreros y estudiantiles. El movimiento obrero y popular fue aplastado una y otra vez a sangre y fuego, dando lugar a un ascenso de la conciencia antimperialista y al pensamiento político revolucionario de las masas.
"Ninguna huelga durará más de 24 horas bajo mi gobierno" —solía decir. Sin embargo, en más de una ocasión La Habana se estremeció con manifestaciones contra la tiranía.
A finales de julio de 1933 el movimiento obrero logró convertir un paro local de pequeños propietarios de ómnibus urbanos en la capital en una huelga, que se propagó a otros sectores laborales en todo el país. Esas luchas llegaron a su punto culminante el 5 de agosto, en una huelga general. El día 7 los esbirros de Machado ametrallaban al pueblo en las calles de La Habana, con lo que creció la indignación y la determinación de derribar al tirano.
El país se paralizó y Machado perdió el control del Ejército. Alarmada por la situación cubana, la administración estadounidense de Franklin Delano Roosevelt fraguó una intervención, esta vez sin marines ni cañones, sino con el envío a Cuba del embajador Benjamin Summer Welles, como elemento mediador para encontrar una salida a la crisis. Pero no contó en ningún momento con organizaciones revolucionarias como el Ala Izquierda Estudiantil, el Directorio Estudiantil, la Confederación Nacional Obrera de Cuba y el Partido Comunista, factores que desempeñaron un papel decisivo en el derrocamiento del régimen. La mediación de Welles se vio sobrepasada por los acontecimientos.
El 12 de agosto de 1933 Machado abandonó el Palacio Presidencial y huyó en avión hacia Nassau, Bahamas. Terminaba así su nefasto mandato. La fecha marcó un momento culminante en la lucha del pueblo cubano, aunque no fructificaron las ansias de libertad y soberanía nacionales, pues al caer el tirano Estados Unidos impuso un gobierno títere, y frustró con ello el triunfo popular. Lo anterior corroboró cuán necesaria era la unidad para alcanzar la definitiva independencia.
El sanguinario gobernante, trascendió a la posteridad con el bien ganado sobrenombre del "asno con garras", que le puso Rubén Martínez Villena. en los ocho años de "machadato", se recrudeció el crimen político contra sus opositores y la persecución de dirigentes obreros y estudiantiles. El movimiento obrero y popular fue aplastado una y otra vez a sangre y fuego, dando lugar a un ascenso de la conciencia antimperialista y al pensamiento político revolucionario de las masas.
"Ninguna huelga durará más de 24 horas bajo mi gobierno" —solía decir. Sin embargo, en más de una ocasión La Habana se estremeció con manifestaciones contra la tiranía.
A finales de julio de 1933 el movimiento obrero logró convertir un paro local de pequeños propietarios de ómnibus urbanos en la capital en una huelga, que se propagó a otros sectores laborales en todo el país. Esas luchas llegaron a su punto culminante el 5 de agosto, en una huelga general. El día 7 los esbirros de Machado ametrallaban al pueblo en las calles de La Habana, con lo que creció la indignación y la determinación de derribar al tirano.
El país se paralizó y Machado perdió el control del Ejército. Alarmada por la situación cubana, la administración estadounidense de Franklin Delano Roosevelt fraguó una intervención, esta vez sin marines ni cañones, sino con el envío a Cuba del embajador Benjamin Summer Welles, como elemento mediador para encontrar una salida a la crisis. Pero no contó en ningún momento con organizaciones revolucionarias como el Ala Izquierda Estudiantil, el Directorio Estudiantil, la Confederación Nacional Obrera de Cuba y el Partido Comunista, factores que desempeñaron un papel decisivo en el derrocamiento del régimen. La mediación de Welles se vio sobrepasada por los acontecimientos.
El 12 de agosto de 1933 Machado abandonó el Palacio Presidencial y huyó en avión hacia Nassau, Bahamas. Terminaba así su nefasto mandato. La fecha marcó un momento culminante en la lucha del pueblo cubano, aunque no fructificaron las ansias de libertad y soberanía nacionales, pues al caer el tirano Estados Unidos impuso un gobierno títere, y frustró con ello el triunfo popular. Lo anterior corroboró cuán necesaria era la unidad para alcanzar la definitiva independencia.
Raquel Marrero Yanesor
Diario Granma CUBA
No hay comentarios:
Publicar un comentario