25/4/08

Destreza médica en hospital municipal matancero

JAGüEY GRANDE.— El sábado 29 de marzo fue un día como otro cualquiera en este tranquilo poblado, ubicado al sur del territorio matancero y distinguido básicamente por la fama de los cítricos que lo circundan. No había el más leve signo de trastorno o de acontecimiento inusual. Pero la ausencia de noticias era solo en apariencias.
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Al final del mediodía Jesús Ramos Abreu, trabajador azucarero, ingresado en el hospital local, tuvo la certidumbre de que estaba en buenas manos unos segundos antes de cerrar los ojos bajo los efectos de la anestesia.
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EJEMPLO VÁLIDO
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Mientras el paciente perdía poco a poco el sentido de la realidad, un equipo multidisciplinario de especialistas se disponía a emprender la cirugía de un aneurisma de la arteria aorta en la porción abdominal del viejo Jesús, operación revascularizadora de alto riesgo.
El aneurisma es un ensanchamiento anormal de una arteria. La pared debilitada del conducto va ensanchándose y acaba creando una bolsa o globo que, cuando se desgarra, acarrea un cuadro agudo de shock, hemorragia interna y fuerte dolor en el abdomen.
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"Todos estamos muy contentos. Es algo común en otros muchos hospitales del país, pero es la primera vez que se hace una operación de este tipo en el hospital municipal Iluminado Rodríguez y todo salió bien", aseguró el angiólogo Alejandro Piedrafita, al frente del equipo médico. Ello ha sido posible —indicó— gracias a la capacidad profesional y tecnológica. Nuestra unidad hospitalaria cuenta ya con el equipamiento mínimo indispensable para realizar intervenciones tan complejas.
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Observó Piedrafita que ese centro era un dispensario donde se prestaban servicios muy elementales al triunfo de la Revolución, convertido luego en un pequeño hospital donde ahora labora un colectivo capacitado y prestigioso en cuyas manos la Revolución ha puesto equipos técnicos de última generación y está habilitado con una sala de Cuidados Intensivos.
En el acto quirúrgico intervinieron David Cambell y dos enfermeros procedentes del Hospital Mario Muñoz, de Colón, quienes laboraron junto a los doctores Palmira Bouza, José López y un equipo de técnicos y enfermeras del Iluminado Rodríguez. A juicio de Piedrafita fue decisivo el desempeño del personal de la sala de Terapia Intensiva.
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Días después, ya de alta en casa, Jesús bromeaba con sus amigos y familiares y mostraba un excelente estado físico y anímico.
Tal vez no lo inquiete saber cuánto es el costo fuera de Cuba de la cirugía que le practicaron. Se asombraría al conocer que en Estados Unidos, por ejemplo, ronda los 70 000 dólares.
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Por : Ventura de Jesús
Fuente : Diario GRANMA CUBA

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