14/7/08

Cuba: La realidad no contada ; Pasión cubana por el chocolate

Utilizado en la antigua América como moneda de cambio, por el valor de sus semillas, el cacao comenzó a difundirse poco a poco y penetrar el paladar y el gusto de todos los habitantes del planeta, desde que Cristóbal Colón primero y Cortés después, llevaron sus semillas a través de los mares y presentaran la bebida al Rey de España.
Así comenzó a dispersarse por Asia, a sembrarse en Africa e incluso a cultivarse en el resto de América. Así desembarcó también en Cuba, la isla mayor de las Antillas, donde pronto se sentiría como en casa.
Dicen los cronistas que la primera planta de cacao llegó a Cuba en 1540, pero no es hasta 1548 que se tienen noticias ciertas de dos plantaciones en la zona central del país: el Cacahual de Iznaga y el Cacahual de La Avispa. Ambos fomentaron lo que durante mucho tiempo serían pequeños sembradíos, en un gusto por el chocolate cultivado por los hacendados criollos, quienes pronto convirtieron en una cubanísima costumbre ancestral el ¨buchito¨ de café para las visitas y la leche con chocolate caliente, a pesar de que para ello tuvieron que importarlo casi a precio de oro durante mucho tiempo.Y es que, paradojas del destino, no fueron los españoles, sino los franceses quienes extendieron definitivamente el cultivo del cacao en Cuba. Azorados por la revuelta de esclavos de la Revolución Haitiana, en barcos y chalupas emigraron de lo que sabían una muerte cierta, y entre lo poco que pudieron salvar además de su cabeza, trajeron también algunos puñados de semillas de cacao.
Aunque desde 1791 los primeros cacaoteros franceses desafiaron el vértigo a las alturas en la zona de la Gran Piedra, Santiago de Cuba, pronto las Lomas del Gato y Ti Arriba, por el empuje creciente del café, rey y señor de esos parajes, los empujaron hacia otras.
Así llegó el fértil arbusto a Baracoa, un paraje perdido entre montañas, con lluvias casi perennes entre 1500 y 2500 milímetros anuales, una temperatura ambiental promedio de 24 a 28 grados Celsius, y suelos de una riqueza incalculable.
Baracoa, la ciudad del chocolate, es hoy la principal fuente del cacao nacional, con un 75 por ciento de la producción.Hoy más de dos mil campesinos baracoenses, muchos de ellos agrupados en cooperativas, dedican sus vidas al cacao, árbol agradecido pero exigente, que si bien da frutos durante todo el año, es entre enero y junio cuando se cosecha más del 80 por ciento.
Actualmente, aunque Suiza, uno de los mayores productores de chocolate del mundo suele comprar ciertas cantidades de Cacao a Cuba, la isla ha concebido un plan perspectivo para ir reanimando paulatinamente su industria nacional, que hoy solo abastece el 20 por ciento del mercado cubano. Para eso cuenta con la excelencia de su cacao, es especial el baracoense.
Y es que si bien solo el siete por ciento de la producción mundial de cacao puede calificarse de fino, toda la que se hace en esa paradisíaca zona oriental de Cuba alcanza tal categoría, porque allí su gente transpira chocolate por todos los poros.
En Cuba el chocolate desde hace siglos se consume de diversas maneras, desde peters, hasta bombones, africanas, helados, pasando por las bolas de peten que hacen los baracoenses con cacao molido y harina, además de otras recetas muy curiosas.
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Por: Osvaldo Piñero
para ARGENPRESS

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