25/7/08

Cumple medio siglo Frente Guerrillero de Pinar del Río

“¡Ni ustedes mismos saben lo que han hecho!” –Fidel
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PINAR DEL RÍO.— El fantasma de tantas revoluciones frustradas volvió a asomar aquella mañana del primero de enero de 1959. La noticia de la huida del tirano Batista estremecía a la Isla, pero desde La Habana se traslucía una nueva conspiración para escamotear el triunfo.
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Foto : Tras su llegada a Pinar del Río, el 17 de enero de 1959, Fidel reconoció la labor de los combatientes de la provincia.
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Ante el peligro, Fidel acudió a la planta de Radio Rebelde, en Santiago de Cuba, para impartir orientaciones a los distintos mandos.
"El comandante Escalona, jefe militar de Pinar del Río, debe actuar en consecuencia, de acuerdo con las instrucciones precedentes."
Era la orden que durante varios meses habían esperado escuchar. Las cuatro columnas guerrilleras, dispersas por la cordillera de Guaniguanico, avanzaron simultáneamente hacia las ciudades y tomaron los cuarteles, las estaciones de policía e instituciones gubernamentales.
El último enclave de la dictadura en deponer las armas fue el Regimiento número seis Rius Rivera. El 3 de enero toda la provincia estaba bajo control del Ejército Rebelde.
Dos semanas más tarde, después de llegar a Vueltabajo al frente de la Caravana de la Libertad, y ponerse al corriente de lo acontecido durante la lucha y en las primeras jornadas de la Revolución, Fidel pronunciaba aquel elogio inolvidable: "¡ni ustedes mismos saben lo que han hecho!".
El frente, un viejo sueño
En junio de 1958, tras el fracaso de la ofensiva de la tiranía, conocida como Operación FF (Fase final o Fin de Fidel), el Comandante en Jefe ordenó extender la lucha por las montañas cubanas.
En esas circunstancias, el Movimiento 26 de Julio en Pinar del Río le solicitó a la máxima dirección de la organización, la ayuda de un comandante con experiencia para constituir un frente guerrillero.
La tarea de fundar el Frente Guerrillero de Pinar del Río recayó en el comandante Dermidio Escalona.
La tarea recayó en Dermidio Escalona, quien había combatido bajo las órdenes directas de Fidel. A finales del mes de julio, a escasa distancia del corazón de la dictadura, y a pesar de una correlación de fuerzas completamente desproporcionada, nació el Frente de Pinar del Río.
Era esta la culminación de múltiples esfuerzos por consolidar la guerra en las montañas del occidente del país, entre los que se recuerdan los alzamientos de Juan Palacios y Roberto Amarán, y las guerrillas de San Luis, San Juan y Martínez, y Cabañas.
El propio comandante Escalona reconoció en una oportunidad que "aquí no habría podido hacerse el Frente, si no hubiera existido un fuerte y organizado movimiento y una provincia revolucionaria".
Los ataques a los cuarteles de San Andrés y Las Pozas, y la emboscada a los carros patrulleros del SIM en Cabañas, cuentan entre sus principales acciones.
Los partes militares de la tiranía refieren 11 combates y 31 encuentros con los rebeldes. Aseguran además haberles causado 91 bajas, aunque se sabe que alterar las cifras fue una de sus prácticas habituales y una manera de pretender encubrir los crímenes cometidos por los órganos represivos.
El Frente, no obstante, no se caracterizó por sostener grandes combates, razón por la cual algunos han tratado de minimizar su papel.
José María Sánchez, doctor en Ciencias Históricas, en cambio, opina que sus dos principales objetivos —ampliar el escenario de la guerra y obligar a la tiranía a repartir las fuerzas que hasta ese momento concentraba en la Sierra Maestra— fueron cumplidos.
"Pinar del Río había estado remitiendo tropas sistemáticamente para las montañas orientales; pero después de creado el Frente esto no volvió a suceder. El estado mayor de Batista tuvo que trasladar acá armamento, soldados y hasta aviones para tratar de frenar la lucha guerrillera."
A finales de 1958 había más de 340 hombres sobre las armas, repartidos en cuatro columnas que operaban a lo largo de toda la cordillera pinareña. La comandancia radicaba en Seboruco, actual municipio de La Palma.
"A diferencia de la Sierra, aquí no fue posible aplicar la táctica de fortalecer primero la columna central y posteriormente ir creando otras, dada la necesidad de adelantarse a grupos seudorrevolucionarios como la Triple A, que poseían considerable armamento y pretendían ocupar las montañas", explica Sánchez.
En esas circunstancias se prepararon las condiciones para recibir la columna del comandante Camilo Cienfuegos, un hecho que no llegó a concretarse debido a la caída de la dictadura.
Cuentan que "el Señor de la Vanguardia", hombre extremadamente sencillo, expresó en una ocasión que se alegraba de no haber tenido que llegar a Pinar del Río, para que el honor de arribar al occidente de la Isla en una invasión le siguiera correspondiendo únicamente a Maceo.
Aunque por méritos propios esta provincia donde la tiranía tenía desplegados 32 soldados y 78 armas por cada guerrillero, le aseguran al frente pinareño un lugar en la historia, la posibilidad de la llegada de Camilo sigue incitando la imaginación de muchos, medio siglo después.
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Fuente : Diario GRANMA CUBA

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