3/7/08

El holocausto de la escuadra española en Santiago

La acción naval del 3 de julio de 1898, frente a Santiago de Cuba, fue uno de los sucesos más significativos de la guerra hispano-cubano-norteamericana.

Ese día, en horas de la mañana, la escuadra española, comandada por el contralmirante Pascual Cervera, que se encontraba en Santiago de Cuba, fue obligada a salir, por órdenes del gobernador y capitán general de Cuba, Ramón Blanco, para enfrentar a la escuadra estadounidense, muy superior en número, en alcance y calibre de su artillería, en blindaje, y que ocupaba una posición táctica muy favorable.
Esta salida constituía el trágico final de una dramática situación que había comenzado cuando el mando naval de Madrid, desoyendo las advertencias de Cervera, lo había enviado a Cuba, a enfrentar, en condiciones desventajosas, a fuerzas mayores. A través del tiempo, historiadores y estudiosos han especulado sobre las verdaderas motivaciones de ese traslado, siendo al parecer una de las más poderosas el reclamo del gobierno colonial y de intereses proespañoles de contar con un respaldo naval. En esta decisión influyó también, un cierto menosprecio, por ignorancia, de las posibilidades combativas del adversario.
La denominada Escuadra de Operaciones en las Antillas, compuesta por cuatro cruceros acorazados y dos destructores de torpederos, se había reunido en Cabo Verde y se le dio orden de partida el 26 de abril, recién comenzadas las hostilidades. Después de una azarosa travesía, logró arribar a Santiago de Cuba el 19 de mayo, sin haber sido detectada por los buques estadounidenses de exploración.
El mando naval norteamericano confirmó el 29 de mayo la presencia de Cervera en Santiago de Cuba y estableció desde ese momento un férreo bloqueo de la bahía. Días después, con la decisiva cooperación de fuerzas del Ejército Libertador, tropas estadounidenses desembarcaron al este de Santiago y avanzaron sobre la ciudad.
El día 2 de julio, después de los combates de San Juan y El Caney, y del avance de las tropas cubanas, el cerco a la capital oriental se estrechó y tanto al gobierno de Madrid como a su representante en La Habana les preocupaba que la escuadra fuera capturada lo que —decían— pondría en entredicho el honor de la Metrópoli. Cervera, por su parte, había propuesto en varias ocasiones emplear el personal y armamento de sus buques en la defensa terrestre de la ciudad, donde tenían posibilidad de oponer una tenaz resistencia. Estas propuestas no fueron escuchadas y se le ordenó salir.
La escuadra estadounidense estaba formada por cuatro acorazados, un crucero acorazado y dos yates artillados, situados en forma de semicírculo a unas 3 o 4 millas del Morro. Los buques españoles tenían, necesariamente, que salir de la bahía en columna e irse enfrentando, uno a uno, con todos los navíos del adversario.
El primero en salir fue el crucero Infanta María Teresa, buque insignia de Cervera, que avanzó resueltamente sobre la formación enemiga para atraer sobre sí todo el fuego y permitir la salida de los que venían detrás. Dada su posición, solo podía disparar con los tres cañones de proa, contra él podían hacerlo 45 piezas de grueso calibre. Avanzó así durante más de diez minutos, soportando un tremendo castigo, hasta que, incendiado y con numerosas bajas, fue lanzado contra la costa para evitar su captura y salvar lo que quedaba de la tripulación.
El segundo buque en salir, el Vizcaya, y el tercero, Cristóbal Colón, pudieron, gracias al sacrificio del Teresa, ir más lejos. Alcanzados finalmente por sus perseguidores, fueron hundidos. El cuarto de los buques en salir, el Almirante Oquendo, corrió igual suerte que el Teresa. Los dos destructores fueron hundidos casi en la boca de la bahía.
El éxito estadounidense, basado en su superioridad numérica y tecnológica y en la ventajosa posición táctica, se alcanzó con una sola baja mortal y un herido. Los españoles tuvieron 350 muertos, 160 heridos graves y 1 720 prisioneros.
Hace diez años, cuando estaba próxima la conmemoración del centenario de aquellos hechos, el líder de la Revolución cubana expresó: "creo que una de las páginas más heroicas de la historia de España la escribió la escuadra de Cervera, y la más grande victoria moral ".
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Por : Gustavo Placer Cervera
Diario GRANMA CUBA

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